mayo 28, 2025
En un contexto de crisis climática, pérdida de biodiversidad y degradación del suelo, surgen nuevas formas de entender la agricultura que van más allá de la sostenibilidad. Una de ellas es la agricultura generativa: un enfoque que no solo evita el daño ambiental, sino que busca activamente regenerar los ecosistemas mientras se cultiva.
Este modelo promueve prácticas que mejoran la salud del suelo, fomentan la biodiversidad, capturan carbono y restauran el equilibrio natural, demostrando que es posible producir alimentos de calidad respetando y potenciando los recursos naturales.
¿En qué se basa la agricultura regenerativa?
La agricultura generativa —también conocida como regenerativa— combina conocimientos tradicionales y tecnología para trabajar con la naturaleza, no contra ella. Algunas de sus prácticas más destacadas incluyen:
- Cobertura vegetal permanente para evitar la erosión y enriquecer el suelo.
- Rotación de cultivos y policultivos que fomentan la diversidad y reducen plagas.
- Pastoreo racional y manejo holístico del ganado que imitan el movimiento de los herbívoros en la naturaleza.
- Uso de compost, biofermentos y preparados naturales, en lugar de fertilizantes químicos.
- Gestión eficiente del agua, con técnicas de infiltración y retención natural.
Estas estrategias permiten restaurar tierras degradadas, aumentar la resiliencia frente al cambio climático y fortalecer las economías rurales.
Vida Negra: regenerar la tierra desde el emprendimiento rural
En la localidad de Jarandilla de la Vera (Extremadura) surgió Vida Negra, un proyecto innovador que encarna los principios de la agricultura generativa para construir un nuevo modelo de producción agroecológica, rentable y profundamente respetuosa con el entorno.
Uno de los proyectos seleccionados de la IV edición del Programa de Emprendimiento de la Red Circular FAB, impulsado por la Diputación de Cáceres, Vida Negra propone sistemas agrícolas que restauran los ecosistemas y fomentan la salud del suelo y la biodiversidad, contribuyendo de manera directa a la soberanía alimentaria, la mitigación del cambio climático y la regeneración del mundo rural.
Gracias al acompañamiento de la Red Circular FAB, el proyecto cuenta con asesoramiento técnico especializado, acceso a herramientas tecnológicas y un entorno propicio para la experimentación, la innovación y el crecimiento. Esta red se ha convertido en una plataforma clave para impulsar ideas que conectan la tradición con la transformación digital y ecológica.
Vida Negra demuestra que se puede emprender con raíces profundas y mirada regenerativa, uniendo conocimiento local y soluciones innovadoras para recuperar el equilibrio entre las personas y la tierra. Con iniciativas como esta, Extremadura se posiciona como un referente nacional en agricultura regenerativa y economía circular, donde la sostenibilidad no es un objetivo futuro, sino una realidad que ya está germinando.